Manuel Hernandez Jimenez

Trelleborg Manuel Hernandez
Manuel Hernández Jiménez es un joven empresario andaluz que, a base de mucho tesón y sacrificio, ha convertido su empresa de trabajos agrícolas en una de las principales referencias en la vega del Guadalquivir y en la provincia de Huelva, con uno de los parques de maquinaria más completos de la zona.

“Nos dedicamos fundamentalmente al cultivo del arroz, cuya campaña empieza entre los meses de abril y mayo. En verano centramos casi toda nuestra actividad en los campos de fresa y en octubre volvemos para la cosecha del arroz”, explica Manuel. En invierno, cuando la actividad agrícola es menor, también realizan alguna obra civil ayudados por su conocimiento en trabajos de nivelación y movimiento de tierras. Solo en nivelación de terrenos para el cultivo del arroz trabajan unas 5.000 hectáreas al año.

Una actividad tan intensa y variada requiere un amplio equipo de trabajo, tanto humano -con una plantilla que ha crecido hasta los 23 empleados-, como técnico, con un parque de maquinaria que incluye 18 tractores, 4 cosechadoras, equipos láser, traíllas, etc.

A la hora de elegir la marca para cualquier equipamiento se decanta por la que considera mejor. “Ninguna me da nada y mientras me vaya bien y no tenga problemas, no suelo cambiar”, señala. Esta filosofía es la que aplica también en los neumáticos. “Estoy encantado con Trelleborg, por eso sigo con ellos y cada vez que tengo que sustituir neumáticos, no me lo pienso”, dice.

Pero no solo se muestra satisfecho por la calidad de las cubiertas, sino también por el servicio posventa ofrecido por Neumáticos Ramón, distribuidor de la marca de La Puebla del Río (Sevilla). “Las ruedas de gama alta son prácticamente todas iguales”, considera Manuel. “Lo que hay que buscar es un excelente servicio y que la marca dé la cara si surge algún inconveniente, y así lo hace Trelleborg. De ahí que sean unos neumáticos que se están vendiendo muy bien, porque además tienen un buen indice de carga”. Lo dice un empresario que somete a las máquinas a grandes y diversos esfuerzos. “Otros se dedican a algún tipo de labor específica, pero yo prefiero tener actividad contínua durante todo el año”. Por ello, Manuel conoce a la perfección el comportamiento de los neumáticos sobre el terreno y concluye que los Trelleborg ofrecen un “desgaste apropiado”, incluso al ser sometidos a severos esfuerzos en trabajos con traíllas. Prueba de su satisfacción es que las propias traíllas también montan neumáticos Trelleborg.

Aunque la situación actual de la empresa es bastante positiva, Manuel recuerda que los principios no fueron tan sencillos. Llegó al campo de la mano de su padre y desde entonces no ha dejado de crecer su actividad empresarial. “Ahora estoy muy contento porque trabajo con mi dinero y al tener tantas máquinas me resulta más fácil la sustitución, pero quien tenga que pedir un crédito para comprar maquinaria o renovar, lo tiene muy difícil”.

En cualquier caso, las puertas del futuro dejan paso a la incertidumbre, compañera casi inseparable de cualquier profesional del campo español. “Las cosas están peor que nunca, pero supongo que los que han aguantado el ‘chaparrón’ hasta ahora ya tirarán para adelante”. En su caso, reconoce que el cultivo del arroz ofrece una gran rentabilidad, aunque no oculta cierto escepticismo sobre lo que pueda acontecer tras la reforma de 2013, mientras que en la fresa “se lamentan mucho, pero también es un cultivo muy rentable”.

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